El peligro que representan los deepfakes
Con el paso de los años, la tecnología en todas las áreas ha logrado alcanzar un nivel que parecía inimaginable hace una década, y de todos esos avances, la inteligencia artificial ha sido uno de los más relevantes.
La inteligencia artificial ha ayudado a la medicina, a la arquitectura e ingeniería, pero también ha sido utilizada para crear contenido divisorio, como es el caso de los deepfakes, y de todas sus aplicaciones y consecuencias, la difusión de noticias falsas es la más alarmante.
Para hablar de esto con más propiedad, se debe saber con exactitud de qué se tratan y así poder entender la magnitud de sus riesgos.
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¿Qué son los deepfakes?
Los deepfakes, en pocas palabras, son montajes hiperrealistas en los que, con la ayuda de la inteligencia artificial, se utilizan los rostros de personas reconocidas en el mundo (sean celebridades o figuras políticas) para colocarlos en el cuerpo de otras personas en situaciones que normalmente no pasarían.
En sí, la palabra deepfake está compuesta por dos conceptos claves: deep learning, que se trata de la manera en que la inteligencia artificial procesa su aprendizaje, tomando en cuenta sus errores y mejorándose, y fake, que significa falso.
El peligro que representan los deepfakes se evidenció cuando, a mediados del 2018, se comenzaron a “filtrar” o difundir videos pornográficos que, aparentemente, eran protagonizados por varias actrices de Hollywood. Fue tiempo después que se descubrió que se trataba de una ultrafalsificación, como también se les conoce, pero ya la reputación de dichas actrices se había visto afectada.
¿Cuál es el riesgo de los videos ultrafalsificados?
En una era donde la difusión de noticias falsas por redes sociales se ha convertido en un problema grave, la posibilidad de ver un video ultrafalsificado también ha aumentado. Esto agrava la situación cuando se toma en cuenta el impacto de dichos videos en la sociedad. Pero este es solo uno de los peligros que representan los deepfakes.
Este artículo de El País expone el impacto que estos videos de ultrafalsificaciones representan a la hora de combatir las noticias falsas y cómo afectan a la credibilidad de los medios de información.
Falso versus real
Las ultrafalsificaciones parecen tan reales que es casi improbable que se note que se trata de un contenido falso a primera vista. En el mundo, a pesar de que ya existían, recientemente han ido surgiendo los expertos en desinformación y los analistas forenses audiovisuales para hacerle frente a este problema.
El estudio de los videos y transmisiones de comunicados políticos ahora es algo un poco más rutinario de lo que era antes, porque se conoce la posibilidad de que estos videos sean alterados, siendo necesario sentirse seguro acerca de esta información.
Incertidumbre en la comunidad
Tan solo el hecho de pensar que un video transmitido pueda ser falso ya es un signo de desconfianza que las personas deben mostrar hacia el contenido que consumen. Esta desconfianza crea incertidumbre en ellos y cada vez se hace más complicado fiarse de las noticias que ven.
Esta incertidumbre puede causar revuelos importantes en un país, como es el caso del intento de golpe militar llevado a cabo por el ejército de Gabón, donde se realizó una transmisión del presidente, Ali Bongo, y se llegó a sospechar que se trataba de un video falsificado.
Recorte de evidencias
En las cortes, en los juicios o en las acusaciones, los videos han jugado un papel fundamental al ser mostrados como evidencias, ya que muestran de manera directa los hechos ocurridos. Pero con la manipulación de los rostros y con las ultrafalsificaciones, el uso de los videos como evidencia ya no es confiable.
Las personas u organizaciones que difunden estos deepfakes tienen la intención de sembrar dudas en las personas, en el público general. Lo importante es estar al tanto de esto e investigar más a fondo antes de seguir esparciendo noticias falsas.