Las tragamonedas: historia y evolución

Las tragamonedas: historia y evolución

Hablar de juego casi se ha convertido en sinónimo de pulsar un botón, esperar a que unos rodillos terminen de girar y comprobar cuáles han sido los símbolos obtenidos. Por ello, se repasa la larga evolución de las tragamonedas y su posible futuro.

La era de Internet como certificado de durabilidad

Hoy en día, los juegos online tragamonedas permiten el acceso a cientos de títulos sin coste alguno. La mezcla entre la clásica de tres rodillos con una aventura gráfica ha dado lugar a creaciones que incorporan pantallas secretas, retos propios de las máquinas de arcade y una estética muy marcada que parece indicar el camino a seguir para un largo número de jugadores ansiosos de tener experiencias nuevas. Elegir un casino perfecto para no arriesgar demasiado dinero, y garantizarse el mayor éxito posible, es el primer paso hacia la consecución de objetivos tan loables como pasarlo en grande en cada partida.

Ahora bien, el origen de las tragaperras se remonta a 1891 cuando primero Mills, y cuatro años después Fey, le dieron forma a una máquina pequeña de tres rodillos y símbolos tan conocidos como la fresa o la campana. La industrialización del invento, copiado hasta la saciedad, no llegó hasta finales de la década de los 40 del pasado siglo. Fue en el Flamingo Hilton de Las Vegas donde se instaló la primera tragamonedas de la historia. Progresivamente, se fueron convirtiendo en ideas temáticas, con un diseño más refinado y con un considerable aumento de los rodillos y de las recompensas. Las tragamonedas han dejado atrás los rodillos con símbolos típicos para convertirse en pequeñas aventuras gráficas con pantallas ocultas y premios increíbles. Su evolución depende de su adaptación total a los temas que más interesan a los jugadores actuales.

Internet y su irrupción en el sector

Entre las innovaciones de los casinos en la red, que comenzaron su historia en 1994, se encuentra el empleo de tecnologías que aportan rapidez, inmediatez, calidad gráfica y todo lo relacionado con que el jugador se sienta lo más a gusto posible mientras disfruta de una partida en su dispositivo móvil. La sensación de realidad es total y nada parece indicar que el sector presente fisura alguna ante otras opciones de ocio como los videojuegos. Se trata, en definitiva, de reproducir las sensaciones de un casino físico en un terminal móvil. El objetivo se ha superado y parece que todo indica que seguirá perfeccionándose.

Aunque un casino no deje de ser un tipo de página web, es muy adecuado confiar únicamente en aquellos que no exigen la descarga concreta de un programa y en los que no solicitan el abono de una cantidad previa antes de jugar a la primera partida. Si en el pie de página se incluyen otros detalles de seguridad como el tipo de encriptación o cuál es el tratamiento que se lleva a cabo con los datos recopilados, mejor que mejor. Todo sea por conseguir varios símbolos iguales y por lograr que una mínima inversión pase a ser una muy merecida recompensa. 

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