La importancia de elegir las zapatillas adecuadas para cada deporte
Cuando vamos a comprar unas deportivas hay que distinguir muy bien entre aquellas que empleamos a la hora de vestir “casual”, y entre las que usaremos para hacer deporte. En https://halcontiendasdedeporte.com/ podemos ver que hay zapatillas muy diferentes, puesto que cada una de ellas está destinada a una actividad en concreto.
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Las zapatillas para correr se caracterizan por su amortiguación y ligereza
Cuando salimos a correr necesitamos unas zapatillas que apenas pesen, ya que eso nos facilita dar la zancada de manera correcta. A su vez, deben tener una buena amortiguación con el fin de absorber el impacto que sufren los pies. Esto se nota más en la zona del talón, puesto que es donde se concentra la fuerza.
Por ejemplo, aquí no tienen cabida unas zapatillas deportivas con suelas muy duras como las de fútbol sala. Si corremos con ellas, lo normal es volver a casa doloridos e incluso con una lesión. A la hora de evitar lesiones conviene saber qué tipo de pisada tenemos, puesto que hay zapatillas para cada una de ellas. Corrigen la posición del pie y así se evitan problemas en los músculos, tendones, etc.
Zapatillas de baloncesto: estabilidad y un buen agarre
En el baloncesto hacen falta deportivas con agarre y estabilidad. Por el tipo de movimientos que se realizan al jugar al baloncesto, las deportivas necesitan un buen soporte lateral (de ahí que sean altas superando el tobillo) y traccionar bien. Se hacen movimientos rápidos, saltos, etc., lo cual no es posible si la zapatilla se escurre.
La suela es gruesa y ancha, proporcionando así la estabilidad necesaria. Además, suelen tener un buen acolchado reforzado en la zona del tobillo.
El tenis requiere zapatillas flexibles y con una gran durabilidad
Jugar al tenis se parece al baloncesto en cuanto a la existencia de movimientos laterales rápidos. A su vez, se hacen muchos cambios de dirección repentinos.
Eso quiere decir que las zapatillas deben ser diseñadas con el fin de proporcionar estabilidad lateral y ser muy duraderas. Las pistas de tenis son muy abrasivas, por lo que unas suelas blandas harían que la zapatilla durase muy poco.
Zapatillas para senderismo: protección y tracción
Si comparamos una zapatilla de senderismo con una de correr nos daremos cuenta de que no tienen nada que ver. Solo viendo los pesos ya notamos que son muy diferentes, pues las de senderismo serán mucho más pesadas. Eso se debe a que tienen que ofrecer una gran protección al usuario, a la vez que la suela debe traccionar incluso en los entornos más complicados.
Por eso, las suelas de goma vienen con patrones de tracción profundos (tacos grandes), que les permiten agarrarse en los terrenos accidentados. Se suelen preferir las botas a las zapatillas, pues las primeras dan más soporte al tobillo en una disciplina en la que no es raro que se nos tuerza mientras vamos caminando entre piedras.
También es común que esta clase de zapatillas lleven membranas impermeables y transpirables, manteniendo el pie seco durante toda la travesía por el campo.